No, no lo reniego y jamás te lo recriminaría; no tienes culpa, después de todo no fuiste quién sin darse cuenta esperó un futuro al acercarnos, tampoco llegaste a mostrarte vulnerable a caricias y susurros; jamás te embriagaste con el aroma de tu cuerpo en la noche o el sabor a vino tinto de tus labios, ni te fundiste con la silueta de tus caderas atravez de la ventana... Descuida lo entiendo y se bien que soy el responsable de embargar mis ideas de libertad con el objetivo de vernos juntos para luego terminar con esa ilusión... Aquel que evitó una y otra vez entregarse y que al final cuando no hubo salvación saltó al precipicio que el mismo excavó en nuestra historia, no te culpo pues me diste lo que tantas veces pensé querer para los dos...
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